NO TOMAR LA PRIMERA OFERTA RÁPIDA
Esta situación se da con frecuencia: un vendedor recibe una oferta temprana y de repente se siente seguro de que la casa se venderá fácilmente, lo que puede incluso desencadenar una guerra de ofertas. Puede resultar tentador esperar a que se consiga un mejor precio, especialmente cuando la casa acaba de ser puesta a la venta, pero eso es un gran error. En mi experiencia, la regla general en el sector inmobiliario es que la primera oferta que se recibe suele ser la mejor. No actuar puede tener consecuencias importantes. Una vez tuve un vendedor que recibió una oferta en efectivo del primer comprador solo dos días después de que la propiedad saliera al mercado. En lugar de aceptar la oferta, el vendedor decidió seguir mostrando la propiedad durante una semana antes de tomar una decisión. Al final de esa semana, el comprador había perdido el interés debido a la demora y compró otra propiedad. La propiedad original permaneció en el mercado durante semanas y finalmente se vendió por mucho menos. Cuando el inventario es limitado y la demanda de los compradores es alta, los vendedores generalmente tienen más influencia y los compradores suelen estar dispuestos a ofrecer al menos el precio de venta cuando la casa sale por primera vez al mercado. Recibir una oferta temprana generalmente indica un gran interés en la propiedad. Si esa primera oferta cumple o supera el precio de venta, podría ser prudente que el vendedor la acepte, especialmente si se ajusta a sus expectativas y a las condiciones actuales del mercado. Otra opción es contrarrestar la oferta, que el posible comprador puede aceptar, rechazar o contraoferta.
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