Después que el banco se negó a trabajar con los compradores, cada uno de ellos esperó a que apareciera la publicación. Cuando finalmente no apareció en las búsquedas, se rindieron. Al final, ambos compradores buscaron otros lotes. Mientras tanto, la propiedad permanecía en el mercado, desapercibida. Debido a los errores del agente, no se generó interés y la propiedad entró en ejecución hipotecaria. El hombre que vivía cerca sabía que el banco había estado tratando de ejecutar la hipoteca de la propiedad. Investigó sobre la ejecución hipotecaria en el juzgado. Descubrió que el banco la había ejecutado con éxito. Sabiendo que tenía que estar publicada en alguna parte, se conectó a Internet y buscó en todas las propiedades a la venta hasta que encontró el anuncio. Para su sorpresa, tenía un precio muy por debajo del mercado. Si el banco y el agente no hubieran cometido errores, los dos compradores interesados en un principio habrían hecho ofertas y probablemente hubieran comenzado una guerra de ofertas. Existe una buena posibilidad de que los dos compradores hubieran subido el precio hasta el valor justo de mercado. La mayoría de las propiedades cuyo dueño es un banco tienen un precio inferior al del mercado por una razón. Los bancos descontarán el precio de las casas que venden porque permanecen vacías durante meses y, por lo general, los bancos no saben cuál es su condición. El banco perdió una venta a precio completo y perdió $33,000. La propiedad era varios acres de pastos crudos. No hubo problema con eso. El comprador había vivido en la misma calle durante años y la conocía bien. Ofertó el precio solicitado y el banco lo aceptó. Ahorró $33,000 porque el agente del banco no se desempeñó bien e infravaloró sustancialmente la propiedad. El banco sufrió una pérdida significativa.
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