• Calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC): chimeneas, conductos de ventilación, aislamiento de la casa y de los ductos. Todos los sistemas de calefacción y aire acondicionado para verificar su antigüedad, condición y funcionamiento adecuado. • Cuarto de lavado/lavandería: sistemas de ventilación y secado; fugas y posibles peligros de incendio. • Baños: Inspección de bañera, ducha, lavabo e inodoro. Ventilación y fontanería adecuadas. • Electrodomésticos de cocina (si son parte de la compra): Que los dispositivos funcionen correctamente y que su instalación sea la correcta. • Seguridad contra incendios: Que haya detectores de humo instalados y en funcionamiento, chequear chimeneas y estufas. • Inspección de plagas. Presencia de insectos perforadores de madera y otros, mohos y hongos. Si vives en ciertas áreas de alto riesgo, es aconsejable solicitar un servicio adicional, por ejemplo, inspección por terremoto, tornado o inundación. El especialista te ayudará a estimar la resistencia de la propiedad en caso que hubiera desastres naturales. Tu inspector puede recomendarte que solicites una opinión especializada, como por ejemplo, la de un ingeniero estructural, en caso que se sospeche debilidad en los muros de carga. No pospongas las cosas y dejes pasar las cosas antes de hacer esto. Ha habido situaciones en las que la reunión de cierre tuvo que posponerse debido a que no se abordaron adecuadamente los problemas de inspección descubiertos a tiempo.
Es difícil encontrar un buen experto. Elegir al inspector
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